Placas vibratorias Ammann en pleno trabajo
Los mejores resultados sobre diferentes superficies
Dentro de Europa, hace tiempo que se ha corrido la voz de que las placas vibratorias de Ammann gozan de excelente reputación en el rubro de jardinería y paisajismo. Estas convencen sobre todo por su potencia de compactación y su fácil manejo, incluso para usuarios poco experimentados.
Nueva superficie para el picadero
Para el experto en jardinería y paisajismo Peter Dörflinger, quien es también criador de caballos, este encargo era una cuestión de honor: El picadero St. Mauritius, ubicado en la zona de Renchen-Ulm en Baden, necesitaba un completo saneamiento de 2.000 m2 de su superficie, dado que esta estaba ya entrada en años y no garantizaba buenas condiciones para los caballos y los jinetes. “Nosotros poseemos caballos y somos miembros de la asociación hípica local, por eso este proyecto nos llegó al corazón. Además, pudimos demostrar aquí la eficiencia de nuestras tres placas vibratorias de Amman”, agrega Peter Dörflinger.
Primero fue necesario remover toda la superficie del suelo compactado; a continuación se colocó una nueva capa base. La nueva superficie permeable al agua se compone de una mezcla especial de arena de cuarzo, piezas de fieltro y fibras de fieltro. En razón de la permeabilidad y la elasticidad de la capa base, por un lado, el suelo no se compacta tan rápidamente; por otro lado, la mezcla brinda una amortiguación óptima para los caballos.
Peter Dörflinger confió en sus placas vibratorias para la compactación, a pesar de que podría haber tratado la superficie con máquinas de compactación más grandes: “Nos decidimos conscientemente por el empleo de las APF 1250, APR 2620 y APR 3520, dado que, previamente, numerosas voluntarias habían ofrecido su colaboración para realizar los trabajos. Además, estas tres placas vibratorias provienen de nuestro parque de máquinas, por eso nos decidimos por esta solución económica. Diariamente se presentaban como mínimo tres voluntarias prestando su ayuda. Y quedó demostrado que, luego de una breve instrucción, todas pudieron trabajar con las placas de compactación que, hasta ahora, les eran totalmente extrañas”.
Los trabajos finalizaron luego de alrededor de 14 días y todos los participaron se mostraron muy satisfechos con lo logrado. Así se pudo volver a poner en funcionamiento el picadero con su nueva superficie elástica.